Las primeros adolescentes de la "generación Z" de este siglo -los nacidos a partir del año 2000- ingresan a la universidad en el contexto de una profunda transformación del mercado laboral. Nuevos avances tecnológicos, cambios socioculturales, profesiones que aún desconocemos y tareas que van a desaparecer crean incertidumbre tanto a los adolescentes como a sus padres acerca de cuáles son los trabajos que van a tener más potencial en el futuro.
Durante el último año en la escuela secundaria pasan muchas cosas. El ahora popular "Último Primer Día"(UPD), la preparación para la fiesta de egresados, los festejos de las otras escuelas, y el tan ansiado viaje de egresados. En el medio de toda esa vorágine de emociones, los adolescentes tienen que decidir cómo va a seguir la vida después del secundario.
La elección vocacional la mayoría de las veces se transforma en un tema familiar.
Hay expectativas, mandatos, miedos, inseguridades que involucran a los padres y a muchos adolescentes que tienen entre 17 y 18 años, y aún no expresan una vocación definida. Una sucesión de frases se desatan casi al mismo tiempo: "qué va a hacer en el futuro", "de qué va a vivir", "que elija una carrera nueva", "que elija una carrera tradicional", "que estudie cualquier cosa, pero que estudie"; son comentarios frecuentes entre muchos padres.
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